Estuvo presente también la muestra de dibujo al carboncillo de Jhörman Yepes, persona creativa, dinámica y abierta a
la actualización. Logra los objetivos que se me propone buscando siempre un
reto aun mayor para una mejor satisfacción, actualmente termina un curso de
mejoramiento de procesos formativos y su reto a corto plazo es estudiar Antropología.
Escribe Jhorman: El impresionismo cubrió hace ya 5 años mis zonas más
secas, y me hizo llegar a la conclusión
de que mis expresiones debían tener permanencia. Tristezas y alegrías ocultas
entre trazos guiados por mi mente, el carboncillo da vida a mi mundo y hoy prefiero dibujar que hablar ya que es más rápido, y deja menos espacio
para la mentira.
Fácil es explicar que, cuando has buscado algo que te llene de todas
las formas posibles, y desordene tu cabeza a tal extremo de creer que no hay
mejor adicción que esta. Te das cuenta que vino a ti como un órgano más,
creando una crudeza enseñanza a la hermosura.
No cabe entonces el mencionar como aprendí a dibujar, pero si hay algo
que yo, con mi poca experiencia les puedo mostrar: es que en mi arte nada
enseña tanto, como el sufrimiento y el llanto.
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